La distribución, la luz, el confort y la manera en la que nos gusta vivir los espacios convierten ese rincón en un lugar especial.
El color transmite sensaciones: calidez, vitalidad, armonía, relajación... Es recomendable no usar más de dos o tres colores base en una estancia. Para garantizar un resultado armónico, lo ideal es combinar colores fríos con fríos y cálidos con cálidos, al no ser que queramos jugar con contrastes.
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Los tejidos también ayudan a diferenciar ambientes:
- Algodón, organdí, lino o sedas son ideales para dar un aire fresco al ambiente.
- Con chenillas, franelas, tweed y terciopelos se generan espacios cálidos y arropados.
El estilo va unido al carácter de cada uno, el lugar y las tendencias del momento. Podemos optar por:
- Estilo playero, con colores frescos, tejidos livianos para las cortinas y lonetas para sofas o muebles auxiliares decapados en blanco.
- Estilo rústico, con suelos de barro cocido o tarima de madera de pino, techos con vigas (falsas) de madera, muebles antiguos y tejidos como el jacquard o el tartán de cuadros.
- Estilo colonial, que reproduce los elementos de la decoración de los países cálidos colonizados por potencias europeas y americanas s. XVIII - XIX, con maderas, tonos blancos y telas ligeras.
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- Estilo modernista, con techos altos, zócalos, chimenea de mármol, mobiliario con líneas curvas y orgánicas. Iconos como las butacas modelo Barcelona de Mies o las sillas Ant de Arne Jacobsen.
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- Estilo clásico, con sofas chéster, tapizados capitoné, mobiliario de anticuario y tejidos suntuosos como el terciopelo, la seda y los brocados.
ZARA HOME |
- Estilo minimalista, espacios amplios, estructuras metálicas, grandes paredes de vidrio, tapicerías lisas en colores neutros, paredes blancas y muebles de líneas muy depuradas.
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- Estilo ecléctico, un remix de distintos estilos, épocas y procedencias. Hay que tener muy buen ojo para que todo tenga un hilo conductor y el resultado no sea un mercadillo destartalado.